Mi niña me llama, insiste. Estoy afónica. Voy a su lado una y otra vez. Me vuelve a llamar. Le he traído uno de esos quesos que le encantan. Delicioso, siempre dice y abre la tapa de cera como quien desnuda una flor.
Enojada, dispuesta a jugar al mimo de crucero, camino como tromba. ¿Cómo pintar con los dedos un regaño?. Extiende su manito, sonríe.
Perdóname, Hijita, la impaciencia no tiene corazón.
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qué bonito, Belkys, todos como niños, ¿y tu voz? pues yo la leo tan inspirada y cantarina como siempre
saludos blogueros
Lindo Belkys.Los ninnos siempre ensennandonos como ser un poquito mas pacientes...
Pase a desearte felices fiestas y muchas cosas buenas para ti y tu familia.
Siempre paso por aca pero la verdad desde que tiene este disenno tu Blog me cuesta mucho que se descargue y leer, y comentar tambien.
Sigo por aqui y te dejo un abrazo fuerte.
Jose los niños nos devuelven halos perdidos de inocencia. Es grato el tiempo nuestro.
Fermina, he aprendido más con mis retoños que en todo el tiempo de vida. La experiencia se construye sobre una larga escalera de errores, pero los niños nos enseñan a componer de inmediato los peligros sobre el escalón.
Veré qué hago con este diseño, carga rápido y comento de inmediato, es lo que aprecio de él.
Un abrazo grande para tu familia, buen congrí y muchos abrazos para este nuevo año.
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