12 noviembre, 2015

Leer el mundo

Visiones de escritores. Fernando Salvater en Figuraciones mías:
Las profecías innovadoras de Julio Verne o el propio H.G.Wells no nos transportan ya imaginativamente hacia el futuro sino que ahora tienen el encanto nostálgico de aquellos tiempos en que lo supuestamente imposible era todavía imposible de verdad y no una rama de las ofertas otoño/invierno de los grandes almacenes.
Tal como decía el viejo chiste que le habría ocurrido de haber vivido en España o México, Franz Kafka se ha vuelto ya en todas partes un escritor costumbrista. Sin embargo, el encanto literario de lo fantástico sobrevive a su cumplimiento tecnológico: aunque hoy ya el submarino sea un vehículo tan prosaico como el autobús, el Nautilius sigue siendo el libertario enigma de los mares.

Y yo, humilde lectora, sigo el camino donde hay muuuuuuuuuuuuucho por leer….
Imagen: 
http://enbuscadelcuentoperdido.blogspot.com.es/2013/04/150-fernando-savater.html?_escaped_fragment_

06 noviembre, 2015

Milan Kundera

Le dijo que el amor era un sentimiento contra natura, que condenaba a dos desconocidos a una dependencia mezquina e insalubre, tanto más efímera cuanto más intensa
Del amor y otros demonios. Gabriel García Márquez


Milan Kundera consigue poner en duda a la pareja perfecta. Es su novela, La identidad.


Los monólogos interiores cuestionan al otro y se excusan en el ego, bellaco, acusador.

-No- dijo Jean-Marc, y luego, para sí, en silencio- ¿Por qué no quieres comprender que me importa un comino el espejo que me ofreces?

La novela sigue las pisadas de una pareja común. Ambos se buscan, mientras se desconocen. ¿Es esa extrañeza la que alimenta, en verdad, el nosotros? Después de las fórmulas aplicables al amor queda un tú ¿y yo? O seguimos abismados en la utópica versión de yo soy tú.

Un hombre y una mujer cenan, duermen, pasean como juntos. Simulan reconocer al otro, saberle, saborearle, poseerle. Pero no somos sólo un manjar, en carne y huesos dispuestos...

(…) Jean Marc, quien un día(…) le había dicho: Me gustaría participar contigo en alguna juerga, pero con una condición: en el momento del goce cada uno de los participantes se convertirá en un animal, uno en cordero, el otro en vaca, el otro en cabra, de tal manera que al orgía dionisíaca se convierta en una pastoral en la que quedaríamos solos, rodeados de animales, como un pastor y una pastora.

Chantal y Jean Marc se convierten en ustorios. Sus imágenes ardiendo, ajenas, consiguen confundirles la identidad. Buscando ser pastores de sus aprehensiones, se convierten en ovejas, que fustigan los demonios.

Kundera nos expone. Es una novela bofetada. Despertamos:


¿Acaso no es el conformismo ese gran punto de encuentro al que todos convergen, en el que la vida es más densa?

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