05 septiembre, 2018

Las tentaciones de la dicha

Según Mark Twain hay buenas protecciones contra la tentación, pero la más segura es la cobardía...y usted, lector, no es cobarde.     Las tentaciones de la dicha es un libro de Agustín Cadena. Escritor mexicano, traducido a varios idiomas y crecido al amparo de las narraciones orales, allá en Ixmiquilpan. Debe haberlo alimentado una semilla de oralidad porque varios de los cuentos están narrados como por el cuentero del pueblo, el mentiroso del kiosko, esos tipos que conocen el secreto latido de las familias. 
 Tenemos once cuentos con personajes que buscan un atisbo de dicha, un giro escondedero de miserias, un sobresalto, cualquier pista para la efímera ventura. “Ninguna tentación puede ser medida jamás por el valor de su objeto", escribió la francesa Gabrielle Colette, experta en ganas y vale la sentencia si aquello que nos tienta puede ser una maleta llena de interrogantes, una pata de palo, una pecera, un periódico, de las pelota de golf al pubis . O también puede agazaparse el cuerpo, el libérrimo inoportuno que convierte una mirada al cielo en la tonta más deseada. Un cura, lleno de supersticiones y anhelos carnales . Un cornudo que abre la puerta, mientras cocina su venganza. Una pareja rota, ella intenta; él, no. Todos definidos en el soberbio cuento La hermandad de los tristes, esos “tullidos emocionales”, que en contadas ocasiones son tentados por la pequeña dicha. ¿La tentación es impostora? Hay un halo esperanzador, ¿cómo vivir sin colgar de la gracia?  
Por eso hay toque de humor y el Vampiro tropical es una mezcla entre Drácula y Chanoc. En el cuento Feliz cumpleaños, la prostituta tiene cara de niña ingenua y el desenlace te hará sonreír. También el alcohol y la torpeza reinarán en el departamento de un "escritor". Los personajes que conocerás recuerdan a esas pequeñas mariposas que se condenan a morir en el calor de la lámpara, mientras tú estás obligado al sillón espectador. 
Por ejemplo, El Castillo, es un cuento estremecedor. En él colindan la inocencia, el arte, la superficialidad, el deseo y la ausencia de deseo. Narrado en primera persona, el pintor protagonista asfixiado en un matrimonio deshecho, escucha de su mujer:
- Quieres que suceda algo así ¿verdad? Algo sórdido, morboso, "interesante" dirías tú.
Y en esa frase se firma una sentencia.
Agustín Cadena urde historias llenas de verosimilitud, seres humanizados por su fragilidad. Ignorantes de las consecuencias se dejan llevar, porque lo brutal en estos cuentos no es ser tentado por algo; lo atroz es la cobardía. 
No lea este libro si usted se abandona a los cuentos que contagian. No se quede allí, con el freno de mano puesto en el deseo. Léalo si tiene propensión a ser tentado por lo inconveniente y sólo así desentuma la emoción y goce-los.

Las tentaciones de la dicha. Agustín Cadena. Jus, 2010. Serie: Contemporáneos.

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