27 febrero, 2014

Geografías y lectura

La "miss" comenta a mi niña, que debe contestar con un "mande". Crecida en un hogar mitad cubano y mitad mexicano, para nosotros es normal el ¿Qué? También se acepta el "diga", pero jamás el "mande" sonoro a mis oídos como lamento obediente y servil.
Sorprendida, descubro que esta manera de decir también era extensiva a los cubanos. En carta de Fina García Marruz a Lezama Lima, ella escribe:
A mayor renuncia, mayor señorío. De niña nos enseñaban a contestar a las llamadas "mande". Pero ¿quién llama? Usted sí puede hacerlo siempre a su amiga.
Son los extravíos de la lectura y mientras mi niña lee el mundo aprenderá que si una maestra mexicana, desprecia nuestro magnífico idioma y acepta el "miss", entonces le será de hechizo el "diga", ¿qué?
 
Fragmento de: La amistad que se prueba. Cartas cruzadas José Lezama Lima, Fina García Marruz, Medardo Vitier y Cintio Vitier. Colección Diálogo. Editorial Oriente. Santiago de Cuba, 2010

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