26 febrero, 2013

Habana Babilonia y El amor en la calle

Crecí pensándome, imaginándome una heroína. La super mujer que nos inculcaron sería igual al hombre, tendría las mismas oportunidades y no usaría su cuerpo como un arma. Viví entonces, los encontronazos del machismo con una mujer que quería liberarse. Por eso, este libro muestra la cárcel del cuerpo y las excusas de la carne. La calle con las piernas abiertas para el extranjero y para quien creyó entrever,en el fuego de los muslos, la silueta de un avión. Las redes de la prostitución en Cuba  son una maraña, entretejida en las narices de la sociedad. Ha de leerse este libro, con cuidado, desde la policromía y los contrastes. Para mí, este oficio hecho realidad en las calles de la isla es una dolorosa bofetada y muchos años hemos tenido que cargar todas las mujeres con interrogantes que nos encierran a todas en un mismo huacal: ¿Es verdad que por unas pantimedias?  Por un labial...¿Viniste en balsa o te casaste para salir? ¿Son facilitas como dicen por acá?
Recomendación de lectura: Habana Babilonia. La cara oculta de las jineteras  Premio Internacional Rodolfo Walsh 2007 a la mejor obra de no ficción escrita en español. SEMANA NEGRA DE GIJÓN y recomiendo escuchar, a viva voz: El amor en la calle, de Osvaldo Rossler. Dale play.

18 febrero, 2013

Yo soy de aquí

Cuando me preguntan cómo funciona Cuba si muchos pueden vivir sin trabajar. Si hay quienes reciben dinero por escribir. Si hay tanta gente en los balcones, en la calle, jugando dominó aspirando el fresco tropical y ante lo real maravilloso de mi país, yo describo vidas como esta.
Ella es graduada del Instituto Superior Pedagógico, su especialidad en Defectología la ha llevado a varios centros laborales, desde educativos hasta policlínicos y otras áreas de Salud. ES casada y tiene dos hijas. Cada día después de preparar la merienda de los retoños, a las cinco de la madrugada, sale a la Carretera Central para ver si, con buena suerte, no se rompió la guagua del trabajo. Casi dos horas de camino y cuando llegan se concentra en sus nueve alumnos con discapacidad. Es primera vez que me cuenta su historia y hace más de treinta años, somos amigas. Hay personas que trabajan silenciosas, construyen y rearman. Forman un andamiaje que nadie ve...
 
 
Cuando llego aún es temprano, espero a las ocho que se forma a los muchachos y se les da matutino, luego a las aulas y comienzan las clases. Tengo una auxiliar que por estos meses sólo va martes y jueves porque está en un curso. Lunes, miércoles y viernes estoy sola las ocho horas con los muchachos. Tengo nueve niños. Una de ellos (M) diabética y con miles de enfermedades más, va constantemente al baño y muchas veces no le da tiempo a llegar, entonces hay que bañarla y vestirla, lavarle la ropa que ensució y retomar la clase. Otro es J, niño súper inquieto que imita a una ambulancia, pero no es su culpa. Otro en adaptación es A, ese sí se las trae, sale del aula, pega, tira las cosas, no entiende nada. S tiene 24 años, pero coeficiente intelectual de tres. No comprende nada, no hace ninguna actividad, cuando la llevas al baño no orina, cuando llega al aula, entonces micciona en su ropa, se ríe, se tira al piso grita pin... pin... pin... (la palabrota, tres veces), no hay quien la levante del piso, se vuelve a orinar allí. J es un joven con autismo, habla constantemente, grita, se levanta a caminar, no trabaja en clases. L es único, cuando no está la Auxiliar, me ayuda a repartir la merienda, a preparar las mesas, a traer agua a los niños, a llevarlos al baño, lo entiende todo pero no habla, me dice "Añí". Sufrió de un virus en el cunero al nacer que lo dejó en coma varios días y sobrevivió, pero quedó así, con una discapacidad intelectual severa, es muy cariñoso. Los demás: D, R y Y no dan mucho trabajo (digo mucho, no que no den). Como te conté son muy dependientes. Tengo que llevarlos al baño, al comedor, a todas partes. Le doy agua a uno, luego al otro, cuando me viro, ya está él otro pidiendo otra cosa y así. Muchas veces no hay maestro en otra aula, entonces a repartir los muchachos, te tocan dos o tres más trabajosos que los tuyos.Al terminar el día no me siento los pies, estoy agotada.
De mi trabajo no se puede salir una vez que entras. Si lo necesitas, te apuntan en la puerta, te llaman la atención y te descuentan al final de mes ese tiempo que estuviste fuera. Con mis niños no puedo perder ni un minuto, dependen totalmente de mí.
Ese es mi día, mi herma, sin contarte cuando me toca guardia del comedor, o guardia administrativa hasta las siete de la noche. Te lo juro que diario no me siento los pies, me dicen que allá afuera esto se paga muy bien, pero tú sabes que yo soy como el marabú y tengo espinas y mis raíces, yo soy de aquí. Tengo propuestas de cambios para Educación, pero tú sabes que allá no tengo internet, ojalá podamos hacer algo y no perder comunicación.
Y yo hoy debía escribir otras cosas, tenía asuntos por resolver, pero quien escribió esta carta, creció conmigo. No se dedica a descalificar, no farbulla en los rincones. No chismorrea, no gana premios y su salario apenas le da, pero reconoce la incidencia de su apoyo en quienes tienen a sus hijos con características especiales y se entrega con una paciencia misericordiosa. No es famosa y vive allá.
 
 

16 febrero, 2013

Soy cursi...a veces

Me gustan las canciones de Natalia. Ella es la imagen de la niña que no crece del todo. La mujer que no olvida la inocencia, a pesar de las coces en el camino. A mis niñas les gusta, ven al otro lado de sus canciones y con mi esposo hay momentos para arrullar tonadas
Tienes que probar..

14 febrero, 2013

Un cuento de mal amor



Los cuentos infantiles en su apariencia ingenua, esconden -como este- realidades sobre el amor y sus recovecos.
Cuento, para ti, a viva voz El contador de cuentos y me encanta porque retiene la esencia del sudor y el amor de quienes llevan adelante este monumento a la palabra.


Dale play y no olvides cobijar a tu compañera o a tu compañero de todo vendaval.

05 febrero, 2013

A la escucha


01 febrero, 2013

La fugitiva

Va huyendo ella de pesadillas descalzas,  como Polichinelas le regalan sus labios de cartón. Debió servirla él en calderos de santos, porque lo lleva prendido de la noche como una burla . Nada hay ya que le evoque polvo de fantasmas, se sacude el pelo y entra al sueño como quien se deja ir tras una procesión que desconoce al muerto.

Natalia Lafourcade y Lila Down, armonizan los sonidos de México 

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