El nombre se le introdujo entre los dedos. Levantó los tobillos con el: ¡Te…!. Zigzagueó por las rodillas. Para cuando dijo: ¡odio!, ya tenía un cosquilleo insoportable entre los muslos.
01 diciembre, 2011
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Comentarios
2 ¿Qué me cuentas?:
Bello.
Llevo dias tratando de comentar y me ha sido imposible, no se si soy yo con este nuevo disenno que tienes o que.
Me encanto la historia de la pintora. te habia escrito algo pero ya no recuerdo mucho, solo que ha sido duro que no todas hayan tenido algo o cualquier cosa a lo que aferrarse. Pero claro, algunas tampoco tuvimos mucho y tomamos otras decisiones.
Me encanto tu reflexion.
Un beso.
Fermina, este formato tiene su cosa, pero es más dinámico y me gusta, ya veré. La pintora es un ser real, respira y vive a su manera. Admiro a quienes han sabido arar la tierra sin tocar el agua y siguen palante. Y como dices a algunos nos tocó flotar.
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