07 junio, 2012

Criatura de isla


Muchos proyectos relacionados con la cultura cubana han tratado de revivir glorias pasadas. Bien le haría a la memoria colectiva hacer una regresión para no perder de vista a quienes nos legaron su poética:
Lo primero que hago es ver qué palabras sobran para quitarlas. Y esto hay que hacerlo pronto para no encariñarse con ellas. A veces me ha sucedido que podando palabras de un poema me he quedado sin poema. Por eso es preferible, no quiero tener poemas tontos. Nadie está obligado a ser poeta, y sí estamos todos obligados a velar por nuestro acervo de cultura y nuestro decoro intelectual. (1)
Dulce María Loynaz tenía un proceso creativo muy laborioso. Por ejemplo, pudo tardar años para dar por terminado Un verano en Tenerife:
En esto no hay regla fija y solo le digo que si hubiera tenido que escribir con la medida de las agujas del reloj, no hubiera escrito nunca. A la palabra que va naciendo no se le puede poner metrónomo, ni a la vida tampoco. (2)
Sólo ella que murió rodeada de maleza, ciega y solitaria. Sólo ella conviviendo con la locura, la música y la vegetación, el mar. Sólo ella y su praxis creativa, desde una isla interior iluminada. Sibila:
Poema CI
  
        La criatura de isla paréceme, no sé por qué, una criatura distinta. Más leve, más sutil, más sensitiva.
        Si es flor, no la sujeta la raíz; si es pájaro, su cuerpo deja un hueco en el viento; si es niño, juega a veces con un petrel, con una nube...
        La criatura de isla trasciende siempre al mar que la rodea y al que no la rodea. Va al mar, viene del mar y mares pequeñitos se amansan en su pecho, duermen a su calor como palomas.
        Los ríos de la isla son más ligeros que los otros ríos. Las piedras de la isla parece que van a salir volando...
        Ella es toda de aire y de agua fina. Un recuerdo de sal, de horizontes perdidos, la traspasa en cada ola, y una espuma de barco naufragado le ciñe la cintura, le estremece la yema de las alas...
        Tierra Firme llamaban los antiguos a todo lo que no fuera isla. La isla es, pues, lo menos firme, lo menos tierra de la Tierra.

Citas:  Confesiones de Dulce María Loynaz. Aldo Martínez Malo. Editorial José Martí.

6 ¿Qué me cuentas?:

Javir dijo...

Belkys, he paseado por tu blog y compruebo que está cargado de ternura.
Gracias por visitar el mio.

Un abrazo

Melvin Rodríguez Rodríguez dijo...

Me encanta Belkys. Para empezar siento al igual que ella esa necesidad de podar los escritos, en mi caso los cuentos, de quitarles todo lo que está demás. Incluso he llegado a pensar que esas partes con las que nos encariñamos, son las más peligrosas porque no las queremos dejar ir y sabemos que dejándolas ir el escrito funcionará mejor.

Del poema qué te puedo decir, ese soy yo, esa es mi patria, esas son mis patrias hermanas de nuestro querido Caribe. Siempre me he pensado como isleño, como caribeño, pero jamás de una forma tan poética. El mar siempre está presente en nuestras vidas, el agua significa para nosotros mucho más que para el que vive en tierra firme. El mar nos aleja y a través de él es que llegamos al resto del mundo. Y sí, siento como si flotáramos, sin duda somos diferentes.

¡Abrazos!

V dijo...

Todo un acierto traer al recuerdo a Loinaz, gran poeta, muy personal.Sabía que era meticulosa pero desconocía los detalles que tu nos traes. Un saludo.

Belkys Pulido dijo...

Javir gracias por la visita. Los textos compartidos toman cuerpo de verdad.

Belkys Pulido dijo...

Melvin cada escrito merece un trabajo meticuloso, particular. Me sorprende tanto poeta suelto y como lo era Dulce María Loynaz, habrían de comulgar con ella: un buen texto necesita poda y constancia, entrenamiento en el oído.
Criatura de isla, nunca había escuchado mejor descripción de todo lo que implica esa sensación de libertad.

Belkys Pulido dijo...

V, ella es conmovedora, eterna por supuesto para la cultura cubana y tan particular en vida y obra...

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