15 noviembre, 2011

Sapos tales

Todas las princesas correteaban entre las margaritas, iguales. Sólo destacó la atrevida. Nada dubitativa, le estampó un beso en la boca. Esperaron ansiosas:
- ¿Se convertirá?
- ¡Sapo! ¡Sapo!
Cuando el jardinero fue azotado y despedido, solo una idea le salvó del suplicio:
- ¡Se lo devolví!

Escultura de Charlotte Yazbek

3 ¿Qué me cuentas?:

José Antonio del Pozo dijo...

Azotado y despedido encima el jardinero? porca miseria, Belkys, El amante de lady Chaterley reloaded!
saludos blogueros

Belkys Pulido dijo...

Gracias, Don Vito, pasaré por su espacio. Un gusto compartir palabra y poesía.

Belkys Pulido dijo...

Bueno, Jose, a algunos ya les importa poco humillaciones y trancazos si de manera elegante se salieron con la suya. ¡Cuántas veces creemos conquistarlos! y ustedes maquinan como serpientes un abrazo de pesadilla.
No te pierdas por acá, te leo.

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