22 agosto, 2010

Los Ecos de la Voz

José Francisco Díaz Salado reaparece en Los Ecos de la Voz, me ha prestado la maravilla de su timbre para armonizar este cuento, dedicado a mis abuelos. Como todo lo que escribo, una mezcla de ficción y realidades. Lo único absolutamente cierto es que la Voz ha aprehendido el espíritu de nuestra familia, donde la gran fiesta heredada de mis mayores ha sido: trabajar. Y el diapasón lo ha impuesto la tierra, donde se gestan los murmullos poderosos de toda existencia...
Es más largo de lo usual en este espacio, pero ¿cómo decir en ocho minutos una vida?


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4 ¿Qué me cuentas?:

Unknown dijo...

Precioso--adelante....F.Novo

Yoana dijo...

Excelente...

Fango dijo...

Saber cómo envejecer es la obra maestra de la sabiduría, y uno de los capítulos más difíciles en el sublime arte de vivir.
HENRI FRÉDÉRIC AMIEL. Filósofo y moralista. (1821 – 1881)

Belkys Pulido dijo...

Francisco tu blog ha sido una sorpresa grata para mí, lo recomiendo con sinceridad a todos los que pasen por este espacio.

YOana, siempre andas corriendo, detente y compón una oración, amiga

FAngo, todos decimos eso cuando estamos jóvenes. Pero a la llegada de las primeras señales, los primeros surcos nos atemorizan ante el espejo. Lo mejor son los surcos internos, los apredizajes que aplicamos en lo cotidiano para crecer, eso dice mi abuelo y es una inmensa verdad, sólo eso queda al cerrar los ojos en eterna despedida

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