02 mayo, 2013

Libros

"Mis hermanos mayores, cuando yo era pequeño me llevaron a la biblioteca y de ese modo transformaron mi vida. Al cabo de un tiempo encontré allí mi propio camino, y nací dos veces".
Harold Bloom
Un lector experto nace muchas veces, con placer y dolor. Aquella biblioteca de mi escuela primaria quedaba a un kilómetro de casa. El sol de Cuba repasaba mi espalda en el trayecto hasta aquel recinto que dicen fue el albergue de la servidumbre de un dentista. Mi primera visita a la Capilla Alfonsina en México, me llevó a saborear recuerdos cuando leí: Todo el cielo era de añil. Toda la casa, de oro. ¡Cuánto sol se me metía por los ojos!
Solas, la bibliotecaria pecosa, blanca como un fantasma y yo. Solas con aquel mar de libros, navegantes, corsarios y piratas de mis desvelos. Los libros me hablaban al oído con las voces empapeladas de sus habitantes. Tantos libros escalè en aquellos primeros tomos de mi infancia, que crecí distinta a mis amigas, rara para mis compañeros de escuela, diferente y absorta para los varones.
Ya crecida, me sumergí en las letras. En el universo de  jóvenes debí mantenerme a flote y fueron tiempos de lecturas furtivas, autores proscritos y después de la carrera, los escritores famosos mencionaban nombres, novelas, citas y títulos personales conformadores de cada barco personal, de cada salvavidas y yo sentía culpa de no haber soportado aquel camino a Swann. Sentía ganas de retornar a la lectura de aquel francés tan elogiado, hasta con el poema ruso me quería volver a ver; sin embargo, he aprendido que un lector autónomo puede gritar Tierra, donde le venga en ganas...
"Tira mi libro; piensa que ahí sólo hay una de las mil posturas posibles frente a la vida. Busca la tuya." Andre Gide
Ahora leo, sólo aquellos libros puentes que me confrontan o me incitan a seguir. He descubierto en librerías best sellers insoportables para naufragar. He comprado libros de esos que andan allá en el fondo, en perpetua oscuridad y por eso mismo, con luz propia. De vez en cuando me encuentro con alguno de esos con citas en la solapa, con títulos o nombres "que no puedes dejar de leer" y sonrío, amable y acepto mis remos personales, mi libre albedrío y paso ajena al encanto de libros, lectores o mercadotecnia sirenas.
En cada Taller de Lectura, en cada espectáculo hoy intento transmitir esa libertad única del buen lector. No se lee en las primarias porque el remo no tiene un ritmo personal. Hay títulos obligados, autores endilgados, temas pensados por encargo y sigo con el sol a mis espaldas "como perrito faldero". Sé que si abro un libro, puedo prescindir de los vigías, porque la lectura tiene voluntad generosa y carece de grilletes

5 ¿Qué me cuentas?:

entierrafirme dijo...

Mujer: pensaba justo hoy mandarte un mensajito, pue se me hacía muy larga la ausencia. Me llevaste a mis bibliotecas de la infancia, la de la Casa de la Cultura y la de la primaria. En ambas había muy buenas bibliotecarias.
Sí que hay mucho de pose en eso de las lecturas recomendadas. Compro cada inicio de mes un libro de literatura y es un momento muy placentero para mi ir a escogerlo y regodearme un rato. Casi siempre termino con uno que no pensaba comprar. Te mando un beso inmenso y qué bueno que estás bien, pues ya me estabas preocupando

LAO dijo...

es muy lindo tu relato. Pienso que hay que abrir un libro sin que lo obliguen a uno y sin tener que pedirle permiso. La libertad no tiene fronteras y creo que vos lo sabes muy bien. Te deseo que andes muy bien, ocupándote de tus hijitos y recibiendo sus bendiciones. Saludo respetuoso y afectuoso

Belkys Pulido dijo...

Charl, no te imaginas cómo me alegra el saberte por acá. Tú también andabas perdida, no quería romper tu silencio, pero te pensaba y también a tu familia. Me alegro mucho que andes por acá, eres un cocuyo magnífico, como aquellos que en pleno apagón venían a pintar de luz los yerbazales. Yo soy un yerbazal a veces y como tal meto raíz a tierra y me alimento callada, por eso me ausento. Un día nos veremos, no tengo la menor duda.

Belkys Pulido dijo...

Lao, usted entiende. Leer es una travesía y escribir implica vivir varias tempestades. Entre una y otra intento encontrar buen destino. Siempre me es gratísimo cuando usted viene por acá. Hace dos fines de semana nos reunimos con un gran amigo mío, que hace dos años no veía. ¡Dos años! viviendo en la misma ciudad y yo pensaba cómo me iba a creer que lo llevo en mi corazón como un milagrito. Pero así es esto de vivir a tajos. Usted viene a este espacio y yo pienso en un amigo de esos que lleva uno a la altura del corazón.

esteban lob dijo...

Es efectivo, Belkys.

Resulta tan distinto leer un libro por obligación que hacerlo por simple placer.

Retrospectivamente pienso en los que "me obligaban" a "aprenderme" en el colegio, y que sin embargo eran tan buenos.
Claro que de ello me di cuenta muchos años después.

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