23 enero, 2012

Factura consular

En la vida no hay más que un Viaje Verdadero...
             Alfredo Bryce Echenique
Por varias razones nada gratas, debo hacer un envío a mis abuelos. La experiencia anterior en casos como estos se convertía en un dime que te diré, porque en DHL, según el mostrador, eran los comentarios. O según los dependientes o según un libro rojo, grueso y manoseado o según...
En fin, más allá de documentos era imposible sin una factura consular. Incluso por dos cajas de galletas para diabéticos, el año pasado me exigían en el mostrador de DHL, una factura consular. ¡Y costaba! Hoy, sorpresa, me entero después de hacer varias llamadas, realmente predispuesta, que la susodicha ya no existe, no es necesaria. Se fue a volina.
Me dicen, en el Consulado, que ya hace un año de esto. Es una buena noticia, que no por llegarme tarde es menos grata. Hacía falta algo así, decías: Un envío a Cuba, por favor y observabas aquella mueca ácida del libraco rojo y al dependiente, ofuscado: Uy, ¿para Cuba? Déjeme ver porque para allá hay mucha restricción...
Ojalá algunas cosas, humanamente responsables, tomen los matices de la naturalidad. Ojalá el caimán de la isla acorte las distancias afectivas, con la variedad de medios que pudieran acercarnos, ojalá...

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