Le dijo que el amor era un
sentimiento contra natura, que condenaba a dos desconocidos a una dependencia
mezquina e insalubre, tanto más efímera cuanto más intensa.
Del amor y otros demonios. Gabriel García Márquez
Del amor y otros demonios. Gabriel García Márquez
Milan Kundera consigue poner en duda a la pareja perfecta. Es su novela, La identidad.
Los monólogos interiores cuestionan al otro y se excusan en el ego, bellaco, acusador.
-No- dijo Jean-Marc, y luego,
para sí, en silencio- ¿Por qué no quieres comprender que me importa un comino
el espejo que me ofreces?
La novela sigue las pisadas de
una pareja común. Ambos se buscan, mientras se desconocen. ¿Es esa extrañeza la
que alimenta, en verdad, el nosotros? Después de las fórmulas aplicables al
amor queda un tú ¿y yo? O seguimos abismados en la utópica versión de yo soy
tú.
Un hombre y una mujer cenan,
duermen, pasean como juntos. Simulan reconocer al otro, saberle, saborearle,
poseerle. Pero no somos sólo un manjar, en carne y huesos dispuestos...
(…) Jean Marc, quien un día(…)
le había dicho: Me gustaría participar contigo en alguna juerga, pero con una
condición: en el momento del goce cada uno de los participantes se convertirá
en un animal, uno en cordero, el otro en vaca, el otro en cabra, de tal manera
que al orgía dionisíaca se convierta en una pastoral en la que quedaríamos
solos, rodeados de animales, como un pastor y una pastora.
Chantal y Jean Marc se
convierten en ustorios. Sus imágenes ardiendo, ajenas, consiguen confundirles
la identidad. Buscando ser pastores de sus aprehensiones, se convierten en
ovejas, que fustigan los demonios.
Kundera nos expone. Es una
novela bofetada. Despertamos:
¿Acaso no es el conformismo
ese gran punto de encuentro al que todos convergen, en el que la vida es más
densa?
1 ¿Qué me cuentas?:
Los hombres y las mujeres a veces descubren que es difícil encontrar a la pareja deseable para el matrimonio. Puede ser cierto. Pero hay otro componente en la situación: no es suficiente encontrar a la persona adecuada, nosotros debemos ser la persona adecuada.
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